Phoenix, Arizona - La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó este mes el uso de las instalaciones para ciclotrón en Mayo Clinic Hospital de Phoenix, lo cual despeja el camino para una sofisticada sustancia radiológica que detecta enfermedades en etapas incipientes.
Ahora, la disponibilidad in situ del ciclotrón permite a Mayo Clinic ofrecer a los pacientes acceso a productos radiofarmacéuticos de corta duración que apuntan mejor contra la enfermedad. Uno de esos fármacos es la colina, la cual permite realizar la más temprana detección radiológica posible que la FDA autoriza para el cáncer de próstata. En Estados Unidos, la 11 C-colina está disponible solamente en las sedes de Mayo Clinic de Phoenix y Rochester (Minnesota). En el año 2013, Mayo Clinic recibió la autorización de la FDA para producir y administrar la inyección de 11 C-colina en sus instalaciones para ciclotrón en Rochester.
Las nuevas instalaciones de radioquímica para tomografías por emisión de positrones albergan a un ciclotrón de 16.5 millones de electronvoltios, capaz de producir una variedad de isótopos radioactivos. El ciclotrón aplica fuerzas electromagnéticas para acelerar partículas subatómicas a una velocidad increíble, mediante su centrifugación en espiral y posterior proyección hacia un objetivo especialmente diseñado a fin de inducir una reacción nuclear controlada. Radioquímicos, ingenieros, farmacéuticos nucleares, tecnólogos nucleares, físicos, médicos nucleares y radiólogos trabajan conjuntamente para crear cantidades diminutas de isótopos radioactivos que luego se inyectan a los pacientes antes de realizar la tomografía por emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés).
“Con la expansión de la medicina personalizada, también ha crecido la necesidad de analizar a cada uno de los pacientes a nivel molecular para identificar el sitio donde se ubica la enfermedad y, en algunos casos, el subtipo. Eso permite lograr una metodología personalizada y diseñada a medida para la terapia. El empleo de productos radiofarmacéuticos producidos por el ciclotrón es un camino hacia ese tipo de radiología. En el futuro, veremos que la metodología dirigida se inclina más y más hacia la radiología y la terapia a fin de afrontar diferentes enfermedades”, comenta el Dr. Michael Roarke, médico que se desempeña como director de Medicina Nuclear en Mayo Clinic de Arizona.
A medida que empieza a operar el ciclotrón, Mayo Clinic puede producir tres isótopos: 18 F, 11 C y 13 N, con los cuales se pueden hacer varias sustancias radiológicas para estudio. El médico inyecta una pequeña cantidad de la sustancia radioactiva en la vena del paciente y luego, con una exploración por PET y un computador, obtiene imágenes detalladas de las zonas donde se recolecta la sustancia. Como las células cancerosas captan más 11 C-colina que las células normales, las imágenes identifican las áreas corporales donde puede haber cáncer, cuando la gammagrafía ósea, las tomografías computarizadas o las resonancias magnéticas no brindan información. Una vez identificado el sitio, una biopsia con el correspondiente examen patológico pueden verificar la recurrencia del cáncer de próstata.
Evaluar la recurrencia del cáncer de próstata en los hombres ha sido un gran problema, pues los médicos tenían que esperar hasta que los niveles del antígeno prostático específico del paciente subiesen a valores entre 20 y 30 nanogramos por mililitro para identificar los sitios de tal recurrencia. Ahora, las exploraciones por PET con 11 C-colina permiten a los médicos detectar los posibles sitios de recurrencia del cáncer de próstata, a diferencia de lo que ocurre con la mayoría de los estudios radiológicos convencionales. Localizar pronto la recurrencia del cáncer de próstata permite a los médicos identificar pequeños depósitos aislados de cáncer, dentro o fuera de la próstata, y así tener un blanco contra el que apuntar para que el tratamiento sea más eficaz.