Rochester, Minnesota - Seguir estrictamente una dieta sin gluten es importante para todos los que padecen la enfermedad celíaca, aunque el trastorno no les provoque ningún síntoma. Cuando uno padece la enfermedad celíaca, la ingesta de gluten daña al intestino delgado y con el transcurso del tiempo, ese daño aumenta el riesgo de desarrollar las complicaciones relacionadas con la enfermedad celíaca.
El gluten es una proteína presente en el trigo, la cebada y el centeno que en las personas con enfermedad celíaca, provoca una respuesta inmunitaria en el intestino delgado, la cual conduce a inflamación. Con el transcurso del tiempo, la inflamación daña las diminutas extensiones similares al cabello, conocidas como vellosidades, que recubren el intestino delgado. Las vellosidades absorben las vitaminas, los minerales y otros nutrientes de la comida que uno ingiere. Al observarlas bajo el microscopio y en condiciones normales, las vellosidades parecen una alfombra afelpada; pero con el daño causado por la enfermedad celíaca, la superficie interior del intestino delgado luce igual que un piso de baldosa. Cuando eso ocurre, el intestino delgado tiene dificultad para absorber algunos nutrientes fundamentales que el cuerpo necesita para permanecer sano y crecer.
Ilustración médica de la enfermedad celíaca en el intestino delgado donde se resalta la diferencia entre la vellosidad intestinal normal (izquierda) y la dañada por la enfermedad celíaca (derecha).
Los síntomas y la presentación de la enfermedad celíaca pueden variar mucho de una a otra persona. En algunos casos, la enfermedad quizás no cause síntomas notorios de inmediato; pero una vez que se presentan los síntomas, pueden incluir distensión abdominal y pérdida de peso. Además, los cambios intestinales de la enfermedad celíaca pueden desencadenar una gama de síntomas gastrointestinales, que van desde diarrea a estreñimiento.
Algunas personas con enfermedad celíaca no tienen ningún problema gastrointestinal, sino que los análisis revelan una anemia por deficiencia de hierro o una enfermedad prematura de los huesos. Los síntomas menos comunes de la enfermedad celíaca son, entre otros, de comezón, un sarpullido con ardor conocido como dermatitis herpetiforme, acidez estomacal, dolores de cabeza, cansancio y dolor en las articulaciones.
Cuando la enfermedad celíaca no ocasiona síntomas, quizás parezca un reto innecesario seguir una dieta sin gluten; no obstante, es fundamental que toda persona con enfermedad celíaca elimine el gluten de su alimentación, porque de no hacerlo, la enfermedad celíaca puede conducir a graves complicaciones.
Por ejemplo, cuando el intestino delgado no puede absorber suficiente calcio y vitamina D, el resultado puede ser de ablandamiento de los huesos en los niños y de pérdida de la densidad ósea en los adultos. Con el transcurso del tiempo y como consecuencia de que el cuerpo no obtenga los nutrientes que necesita, también pueden desarrollarse varios otros problemas que van desde erupciones cutáneas y dificultad para absorber la lactosa hasta infertilidad y daños nerviosos. Las personas con enfermedad celíaca que no siguen una dieta sin gluten corren asimismo más riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluido linfoma intestinal y cáncer del intestino delgado.
Si bien al principio puede parecer desalentador ingerir una dieta sin gluten, no es imprescindible hacerlo solo. Si desea ayuda para planificar una dieta sana sin gluten, consulte con un especialista en dietética que sepa acerca de la enfermedad celíaca. Esa persona puede darle un resumen de los alimentos sin gluten, mostrarle cuáles alimentos debe evitar y ayudarle a aprender a reconocer los ingredientes que contienen gluten en las etiquetas nutricionales. Además, el especialista en dietética puede ofrecerle ideas acerca de menús sin gluten y recetas.
Afortunadamente, los productos sin gluten se vuelven más populares y fáciles de encontrar, incluidos el pan, los fideos y la repostería sin gluten. Si tiene dificultad para encontrar productos sin gluten en su panadería o tienda de abarrotes, consulte el Internet, pues muchas compañías ahora envían esos productos por correo.
Una vez que se elimina el gluten de la alimentación, la inflamación en el intestino delgado empieza a disminuir, aunque la recuperación total y la repoblación de la vellosidad pueden llevar varios meses. Por lo tanto, es fundamental seguir una dieta sin gluten para que el intestino pueda recuperarse.
Dra. Amy Oxentenko, Gastroenterología y Hepatología de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.