Rochester, Minnesota - Los médicos de Mayo Clinic presentarán sus resultados durante la reunión anual 2016 de la Sociedad Americana para Radiología Terapéutica y Oncología (ASTRO), entre el 25 y el 28 de septiembre en Boston. Los principales estudios de Mayo Clinic incluyen lo siguiente:
La radiocirugía, no la radioterapia en todo el cerebro, debe ser la norma de la atención médica después de la resección quirúrgica de los tumores metastásicos del cerebro.
La radiocirugía en la cavidad quirúrgica después de la operación para extirpar tumores metastásicos del cerebro surte efecto para eliminar el cáncer residual y deriva en menos problemas cognitivos y mejor calidad de vida que la radioterapia en todo el cerebro, según muestran los resultados de un estudio grupal, cooperativo, de fase III, realizado en múltiples instituciones y presentado durante la reunión anual 2016 de ASTRO.
“Este ensayo confirma que la radiocirugía en la cavidad quirúrgica es un tratamiento viable y debe ser una de las normas de la atención médica después de la resección de las metástasis cerebrales. Pese a que no hubo diferencia en la supervivencia de los pacientes entre la administración de radiocirugía postoperatoria y de radioterapia en todo el cerebro, la radiocirugía evitó el daño cognitivo producto de la radioterapia en todo el cerebro y otros efectos secundarios desagradables, tales como pérdida del cabello, cansancio y enrojecimiento de la piel”, dice el autor principal, Dr. Paul Brown, médico y oncólogo radioterapeuta de Mayo Clinic. El médico añade que la recuperación después de la radioterapia normalmente es más corta que la de la radioterapia en todo el cerebro, lo que permite reiniciar antes las terapias sistémicas como la quimioterapia.
Tratamientos eficaces para las aftas derivadas de la radioterapia.
El dolor de la mucositis oral, o aftas, en los pacientes que reciben radioterapia para un cáncer de cabeza o cuello se redujo significativamente con un enjuague oral de doxepina y otro enjuague oral que contiene difenhidramina, lidocaína y antiácidos, conocido como Magic Mouthwash, comparado frente al placebo. Esos fueron los resultados de un ensayo aleatorio, de tres ramas, con doble ciego, controlado con placebo, de fase III, realizado en varias instituciones y dirigido por el Dr. Robert Miller, oncólogo radioterapeuta de Mayo Clinic. El Dr. Miller presentó sus resultados durante la reunión anual 2016 de ASTRO.
“En 2012, publicamos un estudio que mostró que el enjuague oral de doxepina reducía el dolor relacionado con la mucositis oral, comparado frente al placebo; sin embargo, no se había hecho ningún ensayo aleatorio y controlado sobre los posibles beneficios del Magic Mouthwash, comenta el Dr. Miller.
Entre noviembre de 2014 y mayo de 2016, el Dr. Miller y sus colegas estudiaron a 275 pacientes y descubrieron que el dolor relacionado con la mucositis oral era mucho menor después de los enjuagues con doxepina y Magic Mouthwash que con el placebo. Descubrieron asimismo que los pacientes toleraban bien los enjuagues, sea de doxepina o de Magic Mouthwash.
Científicos identifican los sitios específicos de la recurrencia del cáncer de próstata después de la radioterapia, a través de la exploración con tomografía por emisión de positrones y 11C-colina.
Un equipo de investigadores de Mayo Clinic utilizó la exploración por tomografía con emisión de positrones y 11C-colina (CholPET, por su abreviación en inglés) para identificar los patrones anatómicos de la recurrencia del cáncer de próstata en los pacientes cuyo nivel del antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés) subía después de haber recibido radioterapia como tratamiento contra el cáncer. Los investigadores descubrieron que la mayoría de las recurrencias estaban localizadas en la pelvis (próstata y tejidos circundantes). En base a esos datos, los científicos pudieron generar un método para calcular el riesgo de recurrencia fuera de la pelvis. Esa información puede ayudar a tomar decisiones clínicas.
“El control de la recurrencia del cáncer de próstata después de la radioterapia depende de la identificación exacta del sitio de la misma. Descubrimos que la CholPET identificó el sitio de recurrencia en 87 por ciento de los pacientes que mostraban aumento en el PSA después de la radioterapia y cuya mayoría padecía una enfermedad que podía beneficiarse con más terapia de rescate. Nuestros resultados subrayan la importancia de las imágenes avanzadas para personalizar el plan de tratamiento de los pacientes en quienes aumenta el PSA después de la radioterapia primaria”, señala el Dr. William Parker, médico y residente en oncología urológica en Mayo Clinic.
La exploración por tomografía con emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés) y 11C-colina sirve para localizar la recurrencia del cáncer de próstata después de la cirugía y de la radioterapia.
Con el empleo de la tomografía por emisión de positrones y 11C-colina, los investigadores de Mayo Clinic observaron muy pocos sitios de recurrencia del cáncer de próstata dentro del lecho prostático de los pacientes que acaban de someterse a una prostatectomía seguida por radioterapia, sea de rescate o adyuvante. Esos fueron los resultados del estudio presentado durante la reunión anual 2016 de ASTRO por el Dr. Jaden Evans, médico y residente de oncología radiológica en Mayo Clinic.
“La exploración por PET y 11C-colina es un medio útil para evaluar los sitios de recurrencia del cáncer de próstata después de la radioterapia, porque brinda la oportunidad de localizar mejor la recurrencia de la enfermedad y hasta de encontrarla en un etapa más temprana, cuando la carga de su avance es menor”, observa el Dr. Evans.
Los investigadores estudiaron a más de 2800 pacientes con cáncer de próstata, a quienes se exploró mediante la CholPET entre 2008 y 2015. De esos pacientes, 391 habían recibido anteriormente radioterapia, sea definitiva, adyuvante, de rescate o paliativa; entre ellos, los investigadores encontraron a 41 que se habían sometido a una prostatectomía seguida por radioterapia solo en el lecho prostático y que posteriormente experimentaron una recaída bioquímica, con por lo menos un sitio de recurrencia identificado mediante la CholPET.
Los científicos examinaron los sitios de recurrencia con respecto a los campos de radiación y a la anatomía de los pacientes y anotaron que la mayoría de los sitios de recurrencia ocurrió en los ganglios linfáticos, fuera del campo previamente irradiado.
“Quizás la observación más convincente en esta cohorte fue que hubo muy pocos sitios de recurrencia dentro del campo y, por ello, los resultados se interpretaron como una prueba de la efectividad de la radioterapia después de la prostatectomía”, añade el Dr. Evans.