Rochester, Minnesota - Su marido definitivamente cosechará importantes beneficios si deja de fumar, aunque hayan transcurrido 30 años. Los beneficios para la salud que cosechará como exfumador empezarán a acumularse casi inmediatamente después de dejar el hábito. Aunque acabar con el hábito de fumar pueda ser difícil, él no tiene que hacerlo solo, pues existen varios tratamientos y terapias eficaces que pueden ayudarlo a dejar de fumar.
El consumo de tabaco es la única causa más prevenible de enfermedades en el mundo. Entre 80 y 90 por ciento de las muertes por cáncer de pulmón son producto del tabaquismo. El hábito de fumar también aumenta el riesgo para varios otros tipos de cáncer y es el causante de alrededor de 30 por ciento de todas las muertes relacionadas con el cáncer. Además, el tabaquismo puede conducir a una amplia gama de otros problemas médicos, como arteriopatía coronaria, cardiopatía, ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y enfermedad pulmonar crónica.
Si su marido deja de fumar, dicho cambio repercutirá mucho sobre su salud. Por ejemplo, menos de una hora después de dejar de fumar, su frecuencia cardíaca disminuirá a un nivel normal. Después de transcurridas 12 horas desde el último cigarrillo, su nivel sanguíneo de monóxido de carbono recuperará la normalidad y en cuestión de dos o tres semanas, su riesgo de ataque cardíaco empezará a disminuir.
La falta de aire y la tos propias del tabaquismo suelen desaparecer en el transcurso de los primeros nueve meses. La capacidad de participar en actividades físicas también mejora y después de dejar de fumar, la gente suele tener mayor resistencia para hacer actividad física. Por otro lado, en muchas personas que dejan de fumar, los sentidos del olfato y del gusto igualmente mejoran.
Con el tiempo, los beneficios para la salud continuarán aumentando. Un año después de dejar de fumar, el riesgo de su marido para cardiopatía coronaria será la mitad de lo que era cuando fumaba. Cinco años después, el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular se reducirá al mismo nivel del de una persona no fumadora. Diez años después de dejar de fumar, el riesgo para cáncer de pulmón bajará drásticamente de lo que era cuando él fumaba y el riesgo para cáncer de boca, de garganta y esófago, de vejiga, de riñón o de páncreas también disminuirá.
Quince años después de dejar de fumar, los riesgos generales de salud para un exfumador son básicamente iguales a los de alguien que nunca fumó. Cuando el cuerpo tiene la oportunidad, es notable la capacidad de reparación y restablecimiento que posee. Si se le permite pasar suficiente tiempo libre de humo, el cuerpo básicamente revierte al de una persona no fumadora.
Los estudios claramente muestran que, en general, dejar de fumar regala años de vida. Según la edad de la persona cuando deja de fumar, de la frecuencia y de la duración del hábito, la expectativa de vida puede aumentar entre 2 y 10 años. Además, no solo es añadir tiempo, sino calidad de vida: muchas personas que dejan de fumar gozan de mejor salud durante más tiempo que los fumadores.
No obstante, pese a que los beneficios para la salud sean importantes y convincentes, dejar de fumar puede ser complicado. La nicotina del cigarrillo es adictiva y, por eso, es difícil acabar con el hábito de fumar, especialmente cuando la persona lo intenta por sí sola. Lo mejor para dejar ese hábito es buscar la ayuda de proveedores de atención médica o consejeros capacitados como especialistas en el tratamiento del tabaquismo. Esos profesionales pueden guiar a su marido, mediante terapia conductual, y ofrecerle tratamientos médicos autorizados que le ayuden a dejar de fumar para siempre.
La conclusión es que independientemente de la edad y de cuánto tiempo haya fumado alguien, nunca es demasiado tarde para que deje de fumar y su cuerpo se lo agradecerá.
Dr. J. Taylor Hays, Centro para Dependencia a la Nicotina de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.