Rochester, Minnesota - La incontinencia urinaria se vuelve más común con la edad, especialmente en las mujeres; pero eso no significa que usted tenga que soportarla, sino que lo mejor sería que fuese al médico para que la evalúen. En muchos casos, esta afección puede controlarse con el tratamiento conductual que enseña técnicas para reducir la incontinencia.
Incontinencia urinaria significa perder el control de la vejiga y, como resultado, perder orina accidentalmente. Las mujeres tienen el doble de probabilidad que los hombres de padecerla. Las investigaciones realizadas por los Institutos Nacionales de Salud revelan que entre el 25 y el 45 por ciento de las mujeres padece algún grado de incontinencia urinaria. La frecuencia de la afección en las mujeres se debe a varios factores, entre ellos los embarazos, los partos, la menopausia y la anatomía de las vías urinarias femeninas.
Parece que usted realmente presenta dos tipos de incontinencia urinaria. La primera se conoce como incontinencia por esfuerzo y ocurre debido al esfuerzo ejercido sobre la vejiga y el piso pélvico por toser o estornudar, como en su caso, aunque también por correr, saltar o hacer otras actividades. La incontinencia por esfuerzo normalmente lleva a una fuga leve a moderada de orina.
El segundo tipo se llama incontinencia por urgencia y consiste en la repentina e intensa urgencia de orinar, seguida por una pérdida involuntaria de orina. La incontinencia por urgencia es producto de las contracciones musculares de la vejiga y deriva en más pérdida de orina que la incontinencia por esfuerzo. A pesar de que la incontinencia por esfuerzo generalmente puede anticiparse según la actividad de la persona, la incontinencia por urgencia es más esporádica y difícil de predecir, por lo que perturba más las actividades cotidianas.
Existen maneras de recuperar el control de la vejiga, y una de las más eficaces es con los ejercicios de los músculos del piso pélvico que refuerzan aquellos que regulan la micción. Los ejercicios difieren un poco entre la incontinencia por esfuerzo y la incontinencia por urgencia. Según sus síntomas personales, el proveedor de atención médica puede enseñarle estos ejercicios e indicarle la frecuencia con la que debe hacerlos.
Otras técnicas conductuales que también pueden resultar útiles, dependiendo de las circunstancias específicas, incluyen entrenar la vejiga (retrasar la micción hasta sentir urgencia), ir con horario al baño y controlar la ingesta de alimentos y líquidos.
Cuando vaya al proveedor de atención médica, se le pedirá que durante varios días lleve un registro de la ingesta de líquidos y de la orina. Dicha información le sirve a ese profesional para diagnosticar la incontinencia y precisar su caso.
Los estudios han descubierto que entre el 60 y el 75 por ciento de las mujeres con incontinencia urinaria logran controlar la afección con el tratamiento conductual. No obstante, cuando eso no basta, hay medicamentos y otras alternativas terapéuticas, incluida la cirugía, que pueden aplicarse para tratar la incontinencia urinaria.
Haga una cita con su proveedor de atención médica y háblele de sus síntomas. En muchos casos, la incontinencia urinaria se controla para que no interfiera con la vida cotidiana.
Dra. Deborah Lightner, Urología de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.