Anaheim, California - Los niños y jóvenes diabéticos están expuestos a una probabilidad de muerte cardíaca súbita siete veces mayor que la de los niños y jóvenes que no padecen diabetes, según una investigación preliminar llevada a cabo en Dinamarca y presentada en las sesiones científicas de 2017 de la American Heart Association, un foro internacional de gran importancia sobre los últimos avances en ciencia cardiovascular para investigadores y médicos.
La muerte cardíaca súbita se define como el fallecimiento repentino e inesperado que sucede al instante o poco después de la aparición de los síntomas. Suele estar provocada por alteraciones en el sistema eléctrico del corazón. En el estudio, llevado a cabo en Dinamarca, se descubrió también que, en general, los niños y jóvenes diabéticos, de entre 1 y 49 años, presentaban una probabilidad de fallecer por algún tipo de cardiopatía, como la insuficiencia cardíaca o el estrechamiento crónico de las arterias denominado aterosclerosis, ocho veces mayor que la de los niños y jóvenes sin diabetes.
Los jóvenes diabéticos pueden estar expuestos a un mayor riesgo de muerte cardíaca súbita debido a las anomalías que su enfermedad les causa en los vasos sanguíneos.
“Aunque se ha mejorado mucho la atención a los pacientes para que controlen la diabetes de tipo 1 y 2, esta sigue siendo una patología asociada a un elevado riesgo de muerte, en especial entre los jóvenes”, afirmó Jesper Svane, B.M., un estudiante investigador en el hospital universitario de Copenhague, Rigshospitalet, en Dinamarca.
Las enfermedades cardiovasculares son complicaciones habituales de la diabetes y la causa principal de fallecimiento de jóvenes diabéticos. En estudios anteriores se ha demostrado que un control intensivo de los factores de riesgo tuvo efectos beneficiosos significativos en los índices de fallecimiento relacionados con enfermedades cardiovasculares de pacientes diabéticos. Por tanto, resulta importante controlar a los pacientes diabéticos para poder identificar aquellos que sufren un riesgo elevado de fallecimiento por esta causa.
El estudio es uno de los primeros dedicados al examen de las causas de fallecimiento y de las tasas de fallecimiento por una causa específica en niños y jóvenes diabéticos con una dimensión nacional.
Svane afirmó que el hecho de que en el estudio danés un 89 % de la población estudiada fuera de raza caucásica hacía difícil extrapolar las conclusiones a otros países occidentales, ya que existen notables diferencias en la demografía o en los sistemas de atención sanitaria, por ejemplo, entre Dinamarca y Estados Unidos. En otros estudios se ha demostrado que la variedad étnica es un factor que influye enormemente en los patrones de fallecimiento, en especial en aquellos de muerte cardíaca súbita, de modo que los hallazgos no se pueden extrapolar a otros países con poblaciones de distintas etnias.
La población del estudio incluyó a todas las personas de Dinamarca con edades entre 1 y 35 años durante los años 2000 a 2009 y edades de 36 a 49 años en los años 2007 a 2009. Durante los 10 años del estudio, se produjeron 14.294 muertes cuya causa se estableció según la información recogida en certificados de fallecimiento e informes de autopsias. Se usaron los datos del registro danés de estadísticas de productos medicinales, que contiene información sobre todas las prescripciones dispensadas en farmacias danesas, para identificar los pacientes con diabetes de tipo 1 o 2. De entre los que fallecieron, 669 (5 %) sufrían diabetes, de los cuales 471 (70 %) tenían diabetes de tipo 1 y 198 (30 %), diabetes de tipo 2.
“A tenor de los resultados obtenidos en el estudio, parece que es importante llevar un control riguroso y un tratamiento eficaz de la grasa en sangre, la tensión arterial y la glucosa en sangre en niños y jóvenes diabéticos”, afirmó Svane.
“En nuestro estudio se valora la importancia del control del riesgo cardiovascular temprano y continuo en niños y jóvenes diabéticos”, explicó Svane. “Los profesionales de la salud deben conocer que incluso los pacientes diabéticos jóvenes tienen un riesgo elevado de mortalidad que se explica por una mayor probabilidad de sufrir una muerte cardíaca súbita”.
Los coautores son Thomas H. Lynge, M.D., Ulrik Pedersen-Bjergaard, M.D., Thomas Jespersen, Ph.D., D.Med.Sci., Gunnar H. Gislason, M.D., Ph.D., Bjarke Risgaard, M.D., Ph.D., Bo G. Winkel, M.D., Ph.D. y Jacob Tfelt-Hansen, M.D., D.Med.Sci. Las declaraciones del autor se encuentran en el resumen.