San Diego, California - En aproximadamente 33 por ciento de pacientes con cáncer pancreático, el tumor rodea todo el páncreas y hasta abarca vasos sanguíneos fundamentales. La sabiduría tradicional desde hace mucho dice que la cirugía para extraer el tumor rara vez es una alternativa factible y la expectativa de vida normalmente se mide solo en meses. Sin embargo, Mayo Clinic, conjuntamente con oncólogos, cirujanos gastrointestinales, cirujanos vasculares y otros, descubre que muchos de esos pacientes en realidad son aptos para la cirugía. Mayo ha venido afinando el protocolo para tratarlos y en dos estudios, descubrió que la supervivencia puede ahora estirarse a años.
Los resultados se presentaron durante las reuniones anuales del Club del Páncreas y de la Sociedad para Cirugía del Tracto Alimentario en San Diego.
“Definitivamente, nos encontramos ante una revolución”, acota el Dr. Mark Truty, oncólogo quirúrgico gastrointestinal de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota, y primer autor de una de las sinopsis, además de autor experto de la otra. “Mucho de esto guarda relación con los mejores fármacos para quimioterapia y la aplicación de la llamada terapia multimodálica, o sea de quimioterapia, radiación y luego la operación agresiva. Ahora, potencialmente se puede ofrecer estas terapias a los pacientes a quienes antes se les dijo que no tenían alternativas”, añade el médico.
En Estados Unidos, todos los años se diagnostica cáncer de páncreas en alrededor de 50 000 personas y tradicionalmente, apenas 7 por ciento de esos pacientes sobrevive al menos 5 años desde el diagnóstico.
Debido a que el cáncer tiende a diseminarse antes de la aparición de los síntomas, solo en alrededor de 15 por ciento de los pacientes se lo descubre suficientemente pronto para que la cirugía sea una alternativa clara. En aproximadamente 50 por ciento de los pacientes, el cáncer se ha diseminado por todo el cuerpo para cuando se lo diagnostica, lo que descarta la cirugía.
En 33 por ciento de los pacientes, aunque el cáncer no se haya diseminado por el cuerpo, ya ha abarcado venas y arterias en el páncreas y a su alrededor. Por ello, durante décadas se consideró que la cirugía era muy peligrosa e inútil de realizar en la mayoría de pacientes, pero los estudios de Mayo sirven de crónica de la transformación en el tratamiento de estos pacientes.
En el estudio presentado durante la reunión anual de la Sociedad para Cirugía del Tracto Alimentario, los científicos analizaron los resultados quirúrgicos de los últimos 25 años en los pacientes con etapa 3 sometidos a una cirugía que requiere la extracción y reconstrucción de las arterias. Descubrieron que la mayoría de las operaciones realizadas en este grupo fueron en los últimos cinco años, o sea a partir del advenimiento de mejor quimioterapia y radiación.
A pesar de que estas cirugías conllevan más riesgo que las operaciones que no exigen la extirpación ni reconstrucción de las arterias, parece que hay una ventaja significativa sobre la supervivencia a largo plazo en los pacientes tratados con quimioterapia y radiación, seguido por estas agresivas operaciones. Los científicos descubrieron que aquellos que se sometieron a cirugía sin primero recibir quimioterapia ni radiación no estuvieron bien a largo plazo, pero que los pacientes que sí recibieron quimioterapia y/o radiación antes de la cirugía estuvieron significativamente mejor a largo plazo. Al analizar los resultados a corto plazo, se descubrió que las tasas de complicaciones habían disminuido con el transcurso del tiempo.
“Al considerar todo, esto demuestra que los pacientes a quienes normalmente no se ofrecería una operación, pueden obtener un buen resultado a corto y largo plazo con el protocolo y secuencia de tratamiento adecuados”, explica el Dr. Truty.
En el estudio presentado durante la reunión del Club del Páncreas, los científicos analizaron los resultados quirúrgicos modernos de los pacientes en etapa 3 cuyos tumores abarcaba vasos sanguíneos y que tenían un protocolo específico de quimioterapia, radiación y cirugía agresiva.
Hasta el momento, 84 pacientes han atravesado por el protocolo de Mayo con datos disponibles para revisión. El estudio descubrió que el tiempo de supervivencia promedio de los pacientes, después de completar el protocolo, se aproxima a los cuatro años, lo que representa aproximadamente cuatro veces más de la de los pacientes no sometidos a cirugía. Los pacientes que obtienen incluso mejores resultados son, entre otros:
- Quienes reciben más quimioterapia antes de la cirugía.
- Personas con un marcador tumoral particular, conocido como CA 19-9, que vuelve a la normalidad después de la quimioterapia.
- Aquellos cuyos tumores, analizados después de la extirpación, solo muestran un mínimo de cáncer restante.
El estudio también descubrió que en la mayoría de pacientes, las exploraciones por tomografía computarizada antes de la cirugía mostraron que los tumores no se habían encogido después de la quimioterapia; sin embargo, al extirpar los tumores, se vio que la mayor parte del cáncer estaba muerto.
“Esperamos que los datos de este análisis ahora se difundan al resto del país y que las personas cuenten con un mapa que sirva de guía para el tratamiento de estos pacientes y para escoger a los pacientes a quienes beneficiarían estas complejas operaciones”, dice el Dr. Truty. El médico espera que los pacientes sientan algo de optimismo al enterarse que existen alternativas.
“No todos desean inscribirse para estas operaciones grandes ni estos protocolos de quimioterapia y radiación, pero tienen alternativas a su alcance para tomar una decisión educada respecto a si eso es algo que los beneficiaría. Ofrecemos un poco más de esperanza para una cantidad considerable de pacientes a quienes anteriormente se ignoraba”, añade el Dr. Truty.