Rochester, Minnesota - Un equipo de investigadores de Mayo Clinic descubrió pruebas que plantean que la controvertida práctica de extirpar los varios a las mujeres premenopáusicas como prevención contra el cáncer de ovario debe suspenderse en quienes no tienen alto riesgo. El estudio reveló que las mujeres menores de 46 años y con ambos ovarios extirpados presentaban un riesgo bastante elevado para varias enfermedades crónicas, tales como depresión, hiperlipidemia, arritmia cardíaca, enfermedad de la arteria coronaria, artritis, asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y osteoporosis.

El término formal para la extirpación de ambos ovarios es ooforectomía bilateral, procedimiento que generalmente se utiliza como medida preventiva contra el cáncer de ovario. Por primera vez, el equipo de Mayo compuesto por nueve investigadores pertenecientes a varias disciplinas vinculó a la ooforectomía bilateral con un marcado aumento en 8 de las 18 enfermedades crónicas medidas.

“El estudio brinda pruebas nuevas y más contundentes en contra de realizar la ooforectomía bilateral como prevención en las mujeres jóvenes. En la mayoría de mujeres que no portan la variante genética de alto riesgo, no es posible considerar como una alternativa éticamente aceptable a la ooforectomía bilateral para prevenir el cáncer de ovario”, apostilla el Dr. Walter Rocca, médico y autor principal del estudio.

El estudio se publicó en la revista arbitrada Mayo Clinic Proceedings y siguió a dos grupos de mujeres durante un período de aproximadamente 14 años: uno con 1653 mujeres sometidas a la ooforectomía bilateral, y otro con igual cantidad de mujeres de la misma edad pero no sometidas al procedimiento. El estudio fue posible gracias al sistema de vinculación de expedientes médicos del Proyecto Epidemiológico de Rochester.

Los resultados revelan que las mujeres menores de 46 años sometidas a la ooforectomía bilateral presentaron mayor incidencia en las 18 afecciones crónicas consideradas individualmente, excepto el cáncer, y una tasa acelerada de acumulación de afecciones combinadas (morbilidad múltiple). La terapia con estrógeno redujo un poco el riesgo en las mujeres sometidas al procedimiento.

Los investigadores plantean que la pérdida prematura del estrógeno fruto de la ooforectomía puede afectar, tanto a nivel celular como tisular, a una serie de mecanismos del envejecimiento en todo el cuerpo y eso podría conducir a enfermedades en varios sistemas y órganos. En resumen, los efectos de a ooforectomía en las mujeres premenopáusicas son mucho más amplios y graves de lo que antes se había documentado.

“La recomendación clínica es simple y clara: ante la falta de documentación sobre una variante genética de alto riesgo, jamás debe considerarse la ooforectomía bilateral antes de los 50 años (o antes de la menopausia), y ni siquiera se la debe ofrecer como opción a las mujeres”, concluye el Dr. Rocca.